martes, 31 de mayo de 2011

De todo...

menos malacatones y fragonetas :)

Ver a un bebé bostezando

Cartas escritas a mano




El depósito de gasolina lleno.
Cuando la comida que te gusta, es sana.

La satisfacción de hacer reír -pero bien, bien- a alguien.


El domingo pasamos parte de la mañana en el conocido mercadillo de Bedford Avenue, en Brooklyn (vale, conocido es el Madison Square o el vídeo casero de Paris Hilton, pero si preguntáis por aquí, fijo que alguien conoce también el mercadillo)
Creo que la última vez que estuve en un mercadillo fue el año pasado en Taipei. Y digo creo, porque lo único que recuerdo de ese día es la pestilencia que emanaban  los desordenados puestecitos de comida, con sus cazuelas de aceite quemado, el tofu en salsa de ostras, manitas de cerdo hervidas y alguna que otra lindeza culinaria taiwanesa.
Bueno, el  de este domingo, afortunadamente, no tenía nada que ver. Este mercadillo, a escasos metros del puente de Williamsburg (uno de los que une Manhattan con Brooklyn) está más enfocado al típico trendy-alternativo-gafa pasta neoyorkino. Pocos negros, pocos latinos y cero asiáticos. Todo chavales en su treintena, pijos/modernos, artistas y con profesiones bohemias que, por lo general, exigen poco esfuerzo físico (programadores, ilustradores, estudiantes de NYU, compra-venta de artículos de colección,etc) que van buscando algún chollo o algún mueble de época -o, como se diría hoy día, vintage-, para decorar sus espaciosos y luminosos lofts compartidos con otros otros modernos o con foráneos que vienen a pasar una temporada a la ciudad (métome a mi mismo en este grupo) del Soho o del East Village...

Sí,amigos. El típico mostrador de banco de los años 20. El conejo? un espontáneo.

Oooohhh...qué monooo....

Ni en las bodegas del Titanic había tanto ambiente



Y lo suelen encontrar. Y si no es lo que buscan, al menos algo parecido. El caso es que todo el que entra en el recinto -está acotado con vallas- sale con algo en las manos: lámparas de los años 50, pósters de Rita Hayworth, vasos con incrustaciones de piedrecitas, ropa de tiempos en los que la saga de la Guerra de las Galaxias aún no estaba ni en proyecto, estanterías -como la de la imagen- salidas del decorado de la Tribu de los Brad...  Si a todo este popurrí de mobiliario y vestuario le añades unos puestecitos de gastronomía repleta de azúcar, calorías y adictivos sabores a fritanga, nos queda otra propuesta lúdico-cultural más, que añade encanto y suma motivos para visitar NY.
Y sin más, fotitos para amenizar este soporífero texto:

Polaroids y viejas cámaras analógicas.
Puesto de..ehm...frikis?
Bueno, pues esto, yo, ni olerlo. Si es que...


FInísima y delicada repostería yanki...

Uffff...

Sí, ahí dentro hacen pizzas. Y sí. Ésa és la pizzera mayor del reino.

Puedo ver a Mary Von Trapp engalanada con la cortinilla esa por vestido.


Click,click,click, chack,chack. Vale, y las fotos de tías en pelotas en los rodillos?eh? ehhhh?

-Pero me cago en la leche, Merche!
 












































Panorámica desde el mercadillo. Igualito que el de Majadahonda,verdad?


Cómo hacer fuego, con elementos del Ikea. Y, por cierto, "No es más rico el que más tiene...sino el que menos visita  Ikea" JDM

ABRAZOS

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